Eva Castell
Nació en Entre Ríos, Argentina. Comenzó a pintar a la edad de 5 años. A los 7 años fue premiada por la primera vez por la Municipalidad de Buenos Aires. Universalista de vocación. Educada bajo el principio del amor a Dios sobre todas las cosas. Guiada por el arte de la conexión del mundo interior del ser humano con el resto del universo. Eva Castell impulsada por su propia sensibilidad mezcló estos preceptos y creó un solo criterio, expresado en su arte del “Manifiesto Cósmico”.
El Manifiesto Cósmico es un legado único y maravilloso que la artista creó en 1976, que escribió en 1979 y el que transcribió a un libro de artistas sobre óleo en canvas en 1989. El Manifiesto Cósmico reúne las pautas, ideas y principios que rigen el artista cósmico, mezclando sentimientos de amor, hacia el despertar por un mundo mejor, vivenciar, crear y trabajar con sencillez para la humanidad.
Desarrollando la conciencia de que somos una partícula del Gran Universo lleno de miles de dudas e incógnitas, cuyas respuestas se encuentran en El Ser Supremo. En ese Ser que insistimos en llamarLo de mil maneras y pensar que somos aparte y diferentes de Él, al que acudimos en la búsqueda de nuestras respuestas de modos diferentes. Aquel con el cual que nos comunicamos de forma inter-dimensional pero al que sólo llegan a conocerLo aquellos que realmente Lo amen y amen a su prójimo. Sólo ese verdadero amor encuentra el poder del Creador, el poder de ese Ser Supremo detonante de la creación.
Eva Castell es una artista plástica caracterizada por su versatilidad. Egresó de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Corcova de Argentina en 1966. Licenciatura y Doctorado de Arte Contemporáneo, recibido en Venezuela. Diseñadora de modas, recibió el premio Pierre Cardin en Buenos Aires el año 1967. Dibujante publicitaria, título recibido con el primer premio en Argentina. Escenógrafa y vestuarista teatral, título que también recibe con el primer premio de la Casa de Teatro en Buenos Aires, Argentina en 1970.
La capacidad artística de Eva Castell la lleva a sobrepasar la esfera de lo que frecuentemente conocemos como la labor de un artista. Desde 1978 ha dedicado años de su vida a la educación de personas con discapacidad o necesidades especiales, así desarrollando, implementando y aplicando un sistema de enseñanza y pintura que hasta hoy la ha llenado de satisfacciones.
Eva Castell ha logrado con este sistema la integración de estas personas en la comunidad artística con igualdad de oportunidades y sin discriminaciones, labor que de igual modo se le ha premiado en varias ocasiones. En 1993, el Salón de Arte Tortoni de Buenos Aires le otorga medalla de oro y diploma por su labor a favor de los discapacitados; en ese mismo año también recibe un reconocimiento con diploma de honor a la integración de un mundo mejor, otorgado por Brahma Kumaris, La Universidad Mundial. En 1997, otro reconocimiento se hizo presente por Rehabil, otorgado por la ONU y la OEA.
En 2002, Eva Castell inició un nuevo proyecto a favor de las personas discapacitadas por medio de la fundación Ladies for Art & Culture en Miami, USA y Caracas, Venezuela. Su principal misión es la recolección de fondos destinados a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa de los artistas discapacitados.
En el plano netamente plástico, Eva Castell ha trabajado bajo la dirección de destacados artistas argentinos como Gino Maggi, Claro Perasi Betinelli, Aníbal Carreño, Héctor Manzo y Alfredo Portillo.
En el orden de producción artística individual, Eva Castell ha producido hasta hoy más de 800 piezas de arte y ha participado en diversos concursos internacionales, representando a Venezuela y Argentina alternamente desde 1984. Ha recibido importantes reconocimientos como el primer premio de la Creación en Francia, en el 7º Festival Internacional de las Artes en 1996. También recibió el premio por su obra cósmica de la Orden de las Artes en Buenos Aires, Argentina en el Salón de Arte Tortoni. Devoilement representó su Manifiesto Cósmico, acompañado de sus obras a varios países del mundo como Irlanda, Italia, España, Alemania, México, Brasil y Argentina entre otros. Las obras de Eva Castell también las encontramos en museos de Venezuela, México, Cuba, Francia, Argentina y los Estados Unidos.
La vida artística de Eva Castell merece nuestro reconocimiento. El amor y entrega a su arte cósmico es un modelo de ardua e incesante labor que recobra cada vez más valor porque su trabajo no solo se limita a la producción material pero sino que trasciende en ayuda a la humanidad y en lucha por un mundo universalmente unido por el amor y la paz.
Por Alexandra Blackhurst Julio de 2005